Antonio Atienza

Antonio Atienza
Fotografía & Conservación

miércoles, 18 de enero de 2012

Águila Pescadora

Hace un par de años sobre estas fechas,  uno de los pantanos cercano a donde vivo,  mantenía un nivel bastante alto,  pero no  estaba en su máxima cota , dejando aflorar pequeñas,  pero atractivas islas.

Trozos de tierra muy demandados y codiciados por toda tipo de fauna alar, llegando a concentrarse en ocasiones centenares de individuos de distintas especies. 

Años  anteriores había navegado  con mi hidrohide a base de aletas por medio de las aguas del profundo pantano de esta historia, y precisamente al  islote de este reportaje, con el fin de  fotografiar cormoranes y todo lo que se pusiera a tiro delante de mi lente.

Esta vez  el nivel de  las  aguas, me permitía  pasar con el vadeador desde la orilla hasta el  mismo islote de unos 5.000 mt2.  El objetivo  colocar dos posaderos para las pescadoras .  

Al presentar el islote un  aspecto plano y descubierto de vegetación,  la única forma que tenia de  pasar  algo mas desapercibido  era cavando un boquete,  para semi enterrar un pequeño e incomodo hide de 1 mt2, con el fin de  hacer el menor bulto.





Tras observar durante tres días que las pescadoras tomaban los palos sin problema, huyendo del acoso y persecución de las garzas reales y cigüeñas que pretendían a toda costa  arrebatarles los peces capturados, decidí meterme una oscura y fría madrugada.

Era aun de noche cuando llegue a la orilla del pantano sin saber aun lo que me esperaba. Para empezar una espesa y fría niebla de esas que no ves a medio metro, la cual hizo que me desorientara en el trayecto de 400 metros que tenía que recorrer por medio del agua , entre la orilla y el islote. Pero lo peor vendría cuando al intentar meterme en el hide, noto a oscuras, que el boquete que había cavado  de aproximadamente un metro, estaba completamente inundado. 



No sé cómo, ni porque, y a veces creo que es mejor no pensarlo, me introduje en el interior del zulo y espere a que amaneciera y a que se levantara la niebla a eso de las una de la tarde. Los que habéis hecho este tipo de locuras, sabéis lo que se siente cuando llevas varias horas con un vadeador , sin silla y  semi enterado entre agua y barro en un metro cuadrado en pleno mes de Enero. 








Lo cierto es que mereció la pena la espera, porque durante horas pude observar y disfrutar de  tres pescadoras invernantes, jugando entre ellas,  pescando, acicalándose, entrando y saliendo del islote, esquivando y huyendo de las incansables garzas reales. Durante horas descansaron  en lo alto de majadas secas de vacas y pequeñas elevaciones del terreno, iban y venían a pescar, pero siempre acababan comiéndose a su presa en lo alto de uno de los dos posaderos colocados a 25 metros de mi hide.






 No tuve muchas más oportunidades que aquel día, me hubiese gustado  hacer otras sesiones, colocar mas posaderos y hacer fotos desde diferentes ángulos, pero  por diferentes motivos, no pude ir los días siguientes.

De repente sin más, se puso a llover y el islote y mi pequeño zulo se quedaron bajo las aguas del pantano que me hizo sufrir de lo lindo  y disfrutar a la vez.   



No tuve muchas más oportunidades que aquel día, me hubiese gustado  hacer otras sesiones, colocar mas posaderos y hacer fotos desde diferentes ángulos, pero  por diferentes motivos, no pude ir los días siguientes.  

De repente sin más, se puso a llover y el islote y mi pequeño zulo se quedaron bajo las aguas del pantano que me hizo sufrir de lo lindo  y disfrutar a la vez.   


He tenido la oportunidad de volver a repetir la experiencia, pero  no sé, si será la edad o el recuerdo impreso del frio en mis huesos de aquella fría mañana del mes de Enero, lo que me han frenado en un nuevo intento.



En fin, esto es lo que pude hacer, espero que os gusten.

Equipo empleado: Mi Canon mark II , con el 500 mm f4 y el  extender 1.4 .

Un abrazo. 
Atienza.